viernes, 30 de mayo de 2008

La cancha


La cancha

Domingo, tres de la tarde, el barrio de Avellaneda se paraliza para vivir un nuevo clásico entre Racing e Independiente. En las coloridas tribunas se ven familias enteras, hinchas y simpatizantes de ambos equipos hablando sobre el partido.
El primer tiempo ya terminó e Independiente se fue al vestuario con una ventaja de 1 a 0. Las clásicas discusiones empiezan a oírse en todo el Cilindro. Primero, se escuchan los fuertes gritos del tipico engreido que opina sobre el partido y la situación del equipo desde la ignorancia, y sin ningún tipo de fundamento. Las mujeres, que nunca quieren quedarse afuera, tratan de aportar con comentarios totalmente irelevantes al juego, refiriendose a la vestimenta de los equipos, y dando su humilde opiñón sobre la actuación de los jugadores. También se puede observar el nunca faltante que trata justificar el resultado en contra con escusas, y echándole la culpa a la terna arbitral por haber anulado un gol en off-side y no haber cobrado un penal.
Al arrancar el segundo tiempo, y más alla del resultado y críticas que se escucharon en el intervalo, el optimismo de la gente se hace sentir y se escuchan, sin cesar, canciones de aliento y apoyo hacia el equipo. A los quince minutos del segundo acto, Racing logra empatar , pero unos minutos después, debido a una fuerte entrada al mediocampista rival, el equipo local pierde a un jugador. La hinchada, disconforme con la sanción del árbitro, empiezan a arrojar projectiles a los jugadores y árbitro, y tratan de invadir el campo, colgándose de los alambrados. Los insultos resuenan en toda la cancha entre ambas hinchadas, y se ven fuertes discusiones, que terminan en violencia fisica, hasta entre fanáticos del mismo cuadro. Debido a que el arbitro no tenía las garantías de seguridad para desarrollar el partido, decide suspenderlo. Los jugadores vuelven al vestuario, y una vez más, el encuentro termina con detenidos y heridos por los conflictos en las plateas.

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