martes, 27 de mayo de 2008

Cuentos 2008-realismo maravilloso 6


La familia Lourd
Aquel día, Influencia, el perro de la familia Lourd se levantó color violeta. Cuando el joven Alejo se despertó mareado por no haber cenado la noche anterior y vio a su mascota de ese color corrió asustado a avisarle a su padre que ya se encontraba en su escritorio. Apenas le terminó de contar, sucedió aquello que pasaba cada vez que un perro cambiaba de color : alguien llamó a la puerta.
Paulina, la ingenua empleada de los Lourd, dejó pasar al individuo sin preguntar quién era y lo situó en la sala de estar mientras llamaba al señor de la casa. Felipe entró a la sala a través de la angosta puerta que conectaba con su despacho. El forastero ya estaba acomodado con su abrigo sobre la mesa y fumando su pipa de madera. El señor Lourd trató de mostrarse sin miedo y caminó hacia él con firmeza para esconder su miedo y su delgado cuerpo. Sin ningún tipo de preámbulos y con autoridad, Lourd se expresó en tono amenazador : Los derechos de los negros en mis tierras no tienen ningún valor! Soy su dueño y voy a hacer lo que quiera con ellos! Ahora lárguese y no vuelva!
El misterioso forajido, sin perder la calma, dijo que esta había sido su última visita, pero que antes de despedirse necesitaba pasar al baño. De muy mala gana, Felipe accedió. Por desconfianza, el latifundista lo esperó al otro lado de la puerta, donde oyó al viejo murmurar unas palabras incomprensibles seguidas de un olor extraño y luego, silencio. Al cabo de unos minutos, exasperado, Felipe goleó la puerta y preguntó si tenía para mucho. Al no recibir respuesta alguna entró, pero no encontró nada. El forastero había desaparecido, dejando en una pared unas escrituras color rojo oscuro en un lenguaje desconocido por el hombre. El señor Lourd decidió hacer caso omiso de la última visita de aquel extraño sujeto y continuó con su vida.
Semanas después de este encuentro, los Lourd ganaron la lotería y Felipe, segado por el poder, empezó a maltratar a sus esclavos con mucho más rigor.
Una noche, el hombre se despertó sobresaltado por que oyó en un susurro traído por el viento que entró a su cuarto la vos del extraño que repetía: Ya se te advirtió, ya se te advirtió.
A la noche siguiente, la familia Lourd festejó una buena cosecha comiendo de la misma en un gran banquete al cual asistieron varios grandes empresarios.
Al otro día, la familia se despertó con síntomas extraños. Al chico le costaba ponerse sus zapatos por que tenía los pies muy gordos; la madre tenía problemas para vestirse: ningún vestido pasaba por sus anchas caderas, que habían doblado su tamaño; su hija, la más flaca de la familia, era ahora la mas gorda y por último, Felipe no solo no podía ponerse su traje sin romperlo sino que le faltaba el aire al caminar.
Felipe se encargó de que su familia no se alterara por el súbito aumento de peso diciendo que a la familia Fernández le había pasado lo mismo por no bendecir la comida.
Al cabo de una semana, los Lourd (inclusive la pobre Influencia) ya se estaban pareciendo a hipopótamos, y les costaba trabajo continuar sus vidas con normalidad. Por eso Felipe decidió ir a ver a la gitana del pueblo para que le explique qué era lo que estaba pasando. Esta, sorprendida al leerle la mano derecha, le contó que la gordura que sufría era el producto de un hechizo irrompible, característico del brujo Cumbawue, quien venía haciendo justicia desde hacía siglos.
Decepcionado, Felipe se fue para su casa, en donde se encontró con un humilde y buen pintor que buscaba retratar familias importantes para hacerse conocido. Al cabo de unas horas, el tal Botero terminó su obra y se fue de la casa. Esa fue la última vez que alguien vio a los Lourd.
Por Teitelbaun Santiago y Bindelli Lucas

2 comentarios:

Marina dijo...

El texto es muy original y tiene un tono comico. Tiene varios elementos del realismo mágico, aunque se nota una pequeña marca de asombro que no tendría que aparecer. Aún asi la historia esta bien desarrollada y narrada con un buen nivel linguistico. La manera de insertar a Botero en el final esta bien elegida y le da un toque imprevisto bien elegido.
nota:
8/10

Marina dijo...

add:
la marca de asombo se ve cuando el nene corre hacia el estudio de su padre para contarle, asustado, el cambio de color del perro.