domingo, 25 de mayo de 2008

Cuentos 2008, realismo maravilloso- 1-





















La estación.


Todas las mañanas me levanto temprano para salir a pasear con Mushu, el más privilegiado de toda la familia y el más amado por mí. Siempre salimos a correr por los campos, sobre todo donde papá cosecha el algodón. Aquí normalmente siempre se puede hacerlo, ya que todos los días del año es primavera, cuando las flores florecen y todo toma mucho más color.

Papá siempre se levanta primero para ir a trabajar la tierra de lo que cultivamos. Luego, mamá; qué mujer maravillosa, siempre quería lo mejor para Marine, mi hermana mayor, y yo, siempre estaba contenta, siempre le veía a la vida el lado positivo, a pesar de que era muy infeliz con papá. Por eso de la que nunca me voy a olvidar, es de Úrsula, la otra novia de papá. Cuando era chiquita pensaba que era normal que papá tuviera otra mujer aparte de mamá, pero después me di cuenta de que estaba totalmente equivocada. Por culpa de ella y papá todos fuimos asesinados, salvo yo, que fui la única que me salvé. Y además, más tarde estuve averiguando la causa de esa tarde de masacres.

Resultaba que la atorranta de Úrsula estaba con mi papá, y al mismo tiempo, con su peor enemigo, el sargento Cabral, quien quería apropiarse de nuestras hectáreas del campo y de nuestras cosechas. Una tarde soleada, el hombre le pidió a su amante, que no quería que se acercara más a Gerard, mi padre. Sin embargo, ella se le acercó nuevamente una y otra vez y un día el sargento los sorprendió a los dos juntos acostados en la alcoba de papá. Muy paralizado por lo que estaba viendo, sacó su arma, apunto primero hacia Gerard, y fue en ese instante que escuché el disparo en mi casa y salí corriendo hacia ella para saber lo que estaba pasando. Luego, el sargento apuntó hacia su amante, y la asesinó de un balazo en la frente. Cuando llegué a casa, me asomé a la puerta, y luego vi al hombre que apareció de repente, entonces me escondí detrás de ella del lado de afuera. Mamá estaba ahí, con los ojos muy abiertos, mirándolo. Al instante empezó a gritar y a pedir auxilio desesperadamente, pero nadie la oyó; solo yo la escuchaba. El desgraciado saca su arma nuevamente y con un tiro en el medio del pecho, le quita la vida. Alterada, salí corriendo por los campos. Corrí lo más rápido posible para que el hombre no me alcanzara, pero apenas comencé a escapar, él mismo salió, y me vio huir. Tiró varios tiros al principio, pero las balas no llegaron a tocarme. Seguí huyendo lo más rápido posible, y en un momento tropiezo y me caigo, hasta que vi que la luz del día se apagó en mis ojos.

Ya pasaron muchos años, y yo sigo aquí, en mi casa, con mi familia, a pesar de que fueron asesinados todos, mi madre, mi padre, mi hermana mayor, a la que le gustaba tanto el ballet, y mi perro, Mushu, con el que, por cierto, sigo saliendo a correr todas las mañanas. En fin, ahora todo es oscuro, gris, sin vida, sin color, y es invierno todo el año. Por lo menos estoy con las personas más cercanas, a las que tanto quiero y aprecio. Estarán acá conmigo siempre haciéndome compañía, en esta triste y horrible soledad.

1 comentario:

Marina dijo...

Consideramos que “La Estación” es un cuento falto de realismo mágico. Más allá de que es muy entretenido, esta carácterística no está muy presente en el relato. La falta de un vocabulario correcto, más formal o correspondiente a este tipo de relatos, sumado a los continuos errores de conjugación, hacen que el cuento pierda valor, ya que la idea es muy buena pero mal expresada.
Más alla de todos los errores antes resaltados, consideramos que la idea es buena.
Nota: 5.5